Caaguazú o Caaguasú
28 de noviembre de 1840
(provincia de Corrientes)

En la mañana del 25 de noviembre de 1840, las posiciones de los ejércitos unitario y federal se encontraban en ambas orillas del río Corrientes. El jefe federal, general Echagüe con sus 5.000 hombres veteranos, cuenta con probados jefes como Servando Gómez y Juan Bautista Thorne, pero no cuenta con su experimentado jefe de caballería, Justo José de Urquiza.

 

Orden de batalla Unitario

Ejército Reserva
Comandante en Jefe: General José María Paz
Jefe de Estado Mayor: Coronel Indalecio Chenaut
Cuerpo de Sanidad: 1er Cirujano José G. Acuña
                                   2do Cirujano Dionisio Caviedes
Escuadrón de Escolta: Tte. Col. Juan Benigno Canedo
Piquete de Santa Fe Tte. Col. Juan Manuel Aldao

1ra División: Coronel Mayor Ángel María Núñez
Escuadrón
Paiubre Tte. Col. Joaquín Madariaga
Escuadrón
6 de Octubre Tte. Col. Cesáreo Montenegro
Escuadrón
Uruguay Sgto. Mayor Benjamín Virasoro
Escuadrón
Ituzaingo Tte. Col. Manuel Hornos
Escuadrón
Curuzú Cuatía

2da División: Coronel Mayor Vicente Ramírez
Escuadrón Terrible Sargento Primero Francisco Antonio Ledesma
Escuadrón Santa Lucía Comandante Simeón Payba
Escuadrón Unión Tte. Col. Antonio Borda
Escuadrón Vengador Tte. Col. Bernabé A. Esquivel
Escuadrón Esquina Sgto. Mayor Andrés Ricardo

3ra División: Coronel Faustino Velazco
Escuadrón Libertador Tte. Col. Diego Brest
Escuadrón Goya Capitán Mariano Rodríguez
Escuadrón General López Chico Sgto. Mayor Manuel Antonio Merlo
Piquete de Santa Fe Tte. Col. Santiago Oroño

4ta División: Coronel Federico Báez
Escuadrón Tuyuné Tte. Col. Ceferino Sánchez
Escuadrón Berón de Astrada Ttel Col. José de la Cruz Masdéu

5ta. División: Coronel José Manuel Salas
Escuadrón Constante Tte. Col Manuel Campos
Escuadrón Vencedor Sgto. Juan Quevedo

6ta. División (División de Infantería): Coronel Indalecio Chenaut
Escuadrón de Artillería Capitán Emilio Pizar
Batallón Cazadores de la Libertad Tte. Col. Felipe López
Batallón Guardia Republicana Sgto. Mayor Miguel Virasoro
Batallón Voltígeros Republicanos Sgto. Mayor Felipe Martínez

Total de Efectivos: 3.000 hombres y 6 piezas de artillería

Orden de batalla Federal

Ejército Federal
Comandante en Jefe: General Pascual Echagüe

Ala Derecha
General Servando Gómez

Centro
Coronel Thorne

Ala Izquierda
General Echagüe

Reserva
Coronel Bárcena

Artillería: Comandante Quirno, Comandante Archondo
4 cañones. (120 hombres)

Total de efectivos:
5.000 hombres y 12 piezas de artillería

Movimientos previos

El ejército unitario era llamado por los federales, los “escueleros de Paz”, pues consideraban que, con el ejército de Lavalle habían marchado los mejores combatientes de Corrientes, y que los muchachos de las escuelas habían tenido que formar el ejército de Reserva, por no haber otros. Esto era una verdad, ya que los estudiantes de las escuelas de Corrientes habían tenido que ser instruidos por el mismo Paz para servir de oficiales en el ejército.

           Echagüe hace varios amagos de pasar el río, pero no se decide, y en la tarde del 26 de noviembre suena la alarma en el campamento de Paz. Parece que los federales quisieran cruzar a la orilla opuesta por el paso de Capitaminí, pero todo no pasa de ser un amago más, por la noche los entrerrianos se retiran a descansar agotados por el duro trajín que habían tenido por la tarde bajo los rayos de un sol abrasador.

           Observando que el enemigo  no cruzaba, Paz esta decidido a pasar él con sus fuerzas y dar la batalla decisiva. El paso elegido es el de Caá-Guazu ( en realidad Caá-guasu), con otros adyacentes como los del Hinojo, la Garita, etc. Para que el paso de las divisiones fuese simultáneo en lo posible. La orilla opuesta está prácticamente libre, pues los federales están acampados en Capitaminí, dos leguas arriba, y las partidas que recorren las riberas generalmente son perseguidas.
            En la noche del 26 al 27 de noviembre el ejército correntino comienza el cruce del río, haciéndolo a nado la caballería y la infantería y en las pocas canoas que se pudieron reunir los que no sabían nadar y las piezas de artillería.

           La vanguardia al mando del coronel Velazco pasa el río y llega a la orilla opuesta aproximadamente a las nueve de la noche iniciando un fuerte reconocimiento de las inmediaciones. Es increíble que los relinchos y las violentas respiraciones de casi tres mil caballos cansados, por el esfuerzo de cruzar nadando el río, no hayan sido escuchados por los piquetes federales ni por los hombres de Echagüe que dormían profundamente por el cansancio de la calurosa jornada anterior.

           La operación del pasaje del río Corrientes fue brillante, ya que todo un ejército cruzo un río en las narices del enemigo. Sin contratiempos, Paz espera el alba sin separarse mucho del río y cuando amanece su vanguardia se pone en marcha, tratando de atraer a la vanguardia enemiga que está a las órdenes de Servando Gómez, pero no lo consigue y durante todo el día se empeña una dura lucha de guerrillas a lo largo de toda la línea de frente, que hacia la noche se pone peligrosa para los correntinos que deben, por fin replegarse sobre sus líneas ante el empuje del enemigo y a pesar del apoyo que reciben de la división del general Ramírez. El batallón de Voltígeros Republicanos cubre con sus escaramuzadores el retroceso, intercambiando disparos decreciendo la intensidad de los mismos hacia las 3 de la madrugada. Los soldados se duermen en sus posiciones, mientras los jefes y oficiales están atentos para la acción que se venía y para no ser sorprendidos por el enemigo
            Al amanecer del 28 de noviembre, el general Echagüe de pie sobre una carreta  trata de descubrir las posiciones del ejército correntino. Pero la línea de batalla unitaria se fusionaba con el terreno, lo que deja al general entrerriano sin poder percibir claramente la posición del enemigo. Echagüe decide entonces pasar a la ofensiva. Despliega su línea de batalla con la división de vanguardia al mando del general Servando Gómez, a la derecha; la infantería y la artillería, al mando del coronel Juan B. Thorne, en el centro, poniéndose personalmente al frente de la caballería entrerriana a la izquierda, dando esta a los bordes de un bosque de espinillos. A retaguardia se colocaron el parque, bagajes y la reserva del coronel Bárcena.
            El ejército correntino de Reserva toma posiciones de acuerdo al plan de batalla del general Paz, que ha resuelto aprovechar al máximo todos los accidentes que le brinda el terreno. El ala derecha a órdenes del General (coronel mayor) Ramírez con las 2da y 4ta divisiones. En el centro la División de Infantería al mando del teniente coronel Felipe López con los batallones Cazadores de la Libertad, Voltígeros Republicanos y Guardia Republicana; en el ala izquierda (y mas alejada) al mando del Coronel Mayor Ángel María Núñez con la 1ra y 5ta División y la reserva a las órdenes del coronel Faustino Velasco, formada por la 3er División y del escuadrón Escolta.
            La posición que ocupaba el ejército correntino es descripta por Paz: “Muy inmediato al paso de Caaguazú se encuentra un estero vadeable de figura irregular, pero oblonga, cuyo extremo norte toca casi el río, dejando solamente una abertura de ochenta varas (90 metros), inclinándose a la parte de arriba; dicho estero dividía nuestra línea, dejando a una  parte el centro, derecha y reserva, y a la otra el ala izquierda del ejército”.
            Paz decidió atraer al enemigo a lanzar su ataque sobre su flanco izquierdo, ya que parecía el ala más débil y alejada de su dispositivo. Fue así que ordeno al general Núñez avanzar sobre el ala derecha federal pero no llegar al encuentro. Ante el avance unitario, el general Servando Gómez avanzo a su encuentro, con toda su división. Núñez calculando su movimiento, retrocedió sobre el estero, pasando por la abertura. La caballería entrerriana se vio forzada a romper su formación, porque el terreno, que disminuía sucesivamente así la obligaba. Los jinetes federales, recibieron entonces un intenso fuego de enfilada del batallón “Cazadores de la Libertad” al mando del Tte. Coronel López. Sin amilanarse continuo su avance hasta llegar al estrecho donde se encontraron de frente con la artillería del capitán Pizar y el batallón Guardia Republicana del Sgto. mayor Virasoro, recibiendo fuego a quemarropa. Fue demasiado para los escuadrones de Núñez. Filas enteras de caballos y jinetes, fueron barridas del terreno que pisaban, los dispararos de fusil y metralla arrasaron con la selecta caballería entrerriana. Confundidos y espantados, los federales se retiraron, sufriendo a su paso por segunda vez el fuego de los cazadores correntinos, buscando los pocos sobrevivientes refugio en su propia infantería.

          Mientras la caballería de Gómez sufría el castigo de la infantería correntina, el general Paz ordenaba al general Ramírez, jefe de su ala derecha, cargase sobre el enemigo, el mismo Paz relata la escena: “Dirigiéndome al general Ramírez, que mandaba esta caballería, le dije en privado: General no puede usted ignorar que su crédito ha sufrido mucho en otros combates(¹), y que la opinión pública lo condena, con razón o sin ella. He aquí la ocasión de recuperar una gloriosa reputación que le ofrezco, y le deseo como su amigo. Marche usted triunfe y desmienta prácticamente a s detractores.” El viejo general quiso darse por ofendido, más de dije rápidamente: “Dejémonos de satisfacciones; lo que le he dicho es cierto, y lo que le exijo, de absoluta necesidad para su crédito y su gloria. Debió conocer que mi voz era la de un amigo, y me dijo: Señor General, haré ver que no merezco las imputaciones de mis enemigo personales; y diciendo esto, pidió su lanza, que llevaba su asistente, se encasquetó el sombrero, dio la voz de mando y partió”. Las divisiones de Ramírez y Báez cargaron violentamente hacia el ala izquierda enemiga mandadas por el mismo Echagüe. El choque violento, y encarnizada la lucha. Cuando algunos escuadrones de Ramírez eran rechazados fueron apoyados por la 3ra División de reserva del coronel Velazco. En estos momentos los jinetes correntinos hacían estragos en la caballería entrerriana y cuando en el campo de batalla hizo su presencia la división de Núñez que venía desde el ala izquierda unitaria, la confusión y el desconcierto dominaron a los regimientos federales que se vinieron abajo. Gruesos grupos de estos se desbandaron, abandonando el terreno de la lucha, hacia el bosque de Espinillo cercano, siendo perseguidos implacablemente y lanceados o acuchillados por los correntinos que buscaban además del triunfo la venganza por la derrota de Pago Largo.

          El centro al mando del coronel Thorne era lo único que se sostenía del ejército federal. La artillería con un fuego efectivo y apoyada por la infantería al mando del Coronel Bárcena, comenzaba a encontrarse aislada en el campo de batalla. En este momento, Paz observando la huída de la caballería federal, ordeno un avance general de su infantería y artillería hacia el centro del enemigo. Viendo a su caballería en retirada y luego de un principio de resistencia, la infantería federal comenzó una lenta retirada acompañados por la artillería, que se detenía abría fuego sobre la línea unitaria y volvía a retirarse. La infantería federal se retiraba en orden, pero luego para acelerar su movimiento, comenzó a abandonar sus carretas ante el cansancio de los bueyes y luego también sus cañones con sus cajas de munición al completo.

 
(¹)Uno de estos combates fue la batalla de Pago Largo, librada el 31 de marzo de 1839, donde la actuación de Ramírez fue muy defectuosa.
 

Croquis de la batalla

 

 
 

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